Salto Encantado y salida de Misiones.

La provincia de Misiones fue la primera que conocimos de Argentina, nos dejó amigos, hermosos recuerdos, hermosas fotos, absolutamente todo lleno de tierra roja y una perrita encantadora.
Antes de irnos no nos quisimos perder conocer el salto Encantado, nos lo habían mencionado en diferentes ocasiones y nos hacía mucha ilusión conocerlo, pero lo primero que vimos cuándo estábamos accesando fue un cartel que decía “prohibido entrar con mascotas” Nelson y yo nos vimos a la cara inmediatamente, asumimos que desde ya iban a comenzar las complicaciones con Lua, de igual manera nos acercamos hasta la entrada del parque y Nelson se bajó a hablar con los guardaparques para ver si lo convencíamos de dejarla entrar con su correita, el guardaparques no accedió pero sin embargo nos ofreció cuidarla mientras hacíamos el recorrido. Nosotros estábamos con muchas dudas sobre dejarla sola, apenas se está acostumbrando a nosotros y pensamos que dejarla con alguien más le generaría estrés, sin embargo pensamos qué debe irse acostumbrando porque varías veces nos tocará hacer lo mismo. Por fin decidimos dejarla con comida y agua y nos adentramos a la selva misionera para conocer este salto de 60 metros de altura.
Ahora seguimos camino hacia la Provincia de corrientes en nuestra ruta para Buenos Aires. 

Salto Piedras Blancas.

El primer viaje con Lua.
Luego de volver por ella continuamos viaje porque no hay tiempo que perder si queremos llegar a Patagonia a tiempo, recorrimos unos 200km hasta el camping piedras blancas, estábamos nerviosos porque iba a ser un viaje largo para ser el primero de Lua pero ella sólo durmió todo el viaje y sólo despertaba cuando hicimos algunas paradas.
Llegamos al lugar y otra vez la paz y la naturaleza nos invitaron al disfrute, planeábamos partir al día siguiente pero decidimos pasar el día disfrutando del salto de agua y los senderos de pinos, así era menos estrés para Lua y nosotros descansamos un poco para continuar viaje hacia Buenos Aires.
Lua es exploradora por naturaleza, le gusta guiarnos y recuerda muy bien los caminos, bebe agua de todos los rios que encuentra y juega a ser cazadora de mariposas. Nuestro mayor miedo es saber cómo se comportará en la ciudad y donde nos quedaremos ya qué ahora nos cambiaron los planes.