Regreso a Belém.

Tuvimos que volver a Belém.
La foto es del viaje pasado, esta vez no estamos tan felices.
Como muchos sabrán hay problemas en todo brasil por un paro, no hay gasolina y en algunos lugares incluso escasea el alimento.
A nosotros nos tocaba ya hacer los trámites de renovación del pasaporte y los papeles de la Bipolar y el único lugar en que hacen los trámites y que nos alcanzaba la gasolina para llegar fue a Belém. Nosotros no queríamos retroceder por nada del mundo pero era imposible llegar a otro lugar bajo esas condiciones.
Han sido días muy estresantes, Bipolar esta muy mal de salud. Los trámites fueron muy tediosos y los tuvimos que hacer tomando bus porque Bipolar está apagada y estacionada desde que llegamos.
Nos estamos replanteando la ruta, por todos los inconvenientes que hemos tenido.
No es nuestro post más alegre, esperemos que para el próximo mejore la historia.

Ajuruteua Pará – Praia.

Nos vinimos a Ajuruteua, primera playa de agua salada que conocemos en Brasil, es un pueblo a 30km de Bragança.
Cuando llegamos tuvimos la sensación de estar en un pueblo fantasma, había mucha tormenta, poca gente afuera de sus casas, muchas casas caídas a la orilla del mar y ningún otro visitante aparte de nosotros.
Al principio pensamos que había alguna historia mística sobre el lugar y que por eso no había nadie a pesar de ser fin de semana, luego nos dimos cuenta de la realidad, ¡no hay gasolina en Brasil!
Resulta que en ningún puesto de servicio hay gasolina por paro de camioneros y nosotros, inocentes, nos vinimos a la playa. Y todo bien, el único y gravísimo problema es que tenemos pocos días para renovar el permiso de estadía en Brasil o nos multan, nos faltan al menos 900km por recorrer y no tenemos gasolina suficiente sino para llegar al siguiente pueblo.

Bragança Pará.

Estamos en Bragança, una ciudad pequeña que vive de la pesca y el comercio, tiene un centro histórico bastante pintoresco aunque algo abandonado. También conocimos la iglesia São Benedito, en la cual se celebra una de las fiestas religiosas más importantes del país. Está situada a 50km de Capanema, llegamos acá por recomendación de nuestro amigo Henrique de Belém y estamos contentos de haber venido.

El misterio del aceite. La Victoria – Caracas. Vlog 1.


Salimos, como dijimos en el capítulo anterior, sin tener por seguro ciertas cosas; una de ellas era un misterio que tiene nuestra Bipolar en el motor, el cual ocasiona que se caliente muchísimo y una pérdida de medio litro de aceite cada 200km aproximadamente.
Cuando llegamos desde Barquisimeto a la Victoria, muy cansados, decidimos pasar la noche en un hotel y continuar el viaje hasta Caracas al día siguiente, nuestra (mala) sorpresa fue que Bipo había consumido 1 litro y medio de aceite, la varilla del aceite salió totalmente limpia y comenzaron las dudas y el estrés.
No sabíamos si volver a Barquisimeto con nuestro mecánico de confianza o si revisarla en Caracas, con alguna otra persona.
Finalmente decidimos continuar nuestro viaje a pesar de todo, llegamos a Caracas y la estacionamos los días siguientes mientras arreglabamos nuestras cosas personales, mudanzas, despedidas, etc.

Belém do Pará.

Nuestros días en Belém do Pará.
Llegamos de noche al puerto de Belém y pasamos allí nuestra primera noche, la mañana siguiente salimos en búsqueda del Portal da Amazônia, un lugar seguro y cerca de la policía, donde pasamos nuestras noches bastante tranquilos.
Intentamos en lo posible no estar en el día en la kombi y así aparte de alejarnos un poco del calor también salimos a conocer.
Conocimos a nuestro amigo Henrique del club de fusca de Belém y muy amablemente se ofreció a llevarnos a Mosqueiro junto a su adorable esposa, pasamos unos días magníficos. Pero llegó el momento de la verdad, llevamos a Bipolar al mecánico a ver que es lo que tiene…

Viaje en balsa desde Manaus hasta Belém do Pará.

Nuestro viaje por el amazonas en balsa.

Debo admitir primeramente los nervios que me generaba comenzar el viaje en balsa, era un miedo ansioso pero bueno, de esos de los que te da cuando vas a hacer alguna cosa por vez primera.
Fuimos al puerto un par de veces antes de embarcarnos a hacer nuestras averiguaciones y así aprovechamos a conocer el lugar. La gente se mostraba bastante amable, sobretodo los empleados de la empresa naviera, que se nos hicieron caras conocidas por los días que habíamos ido antes.
El día de embarque comenzó así, llegamos al puerto Trairi a eso de las 9 AM, hora pautada por la empresa. Nosotros éramos los últimos en subir a la balsa por cuestiones de espacio y logística, así que nos tocó esperar unas 5 horas hasta nuestro turno y luego unas dos horas más para comenzar a navegar hacia Belém do Pará. Ese transcurso de tiempo fue suficiente para que se nos acercaran todos los motoristas de la balsa a hacernos preguntas sobre nuestro viaje y lo que hacíamos, hacia donde íbamos, qué queríamos conocer, etc.

Comenzamos a entablar amistad, todos se mostraron muy alegres de hacer el viaje con nosotros, la orilla de la balsa, donde estaba nuestra kombi estacionada era el lugar de las reuniones para hablar sobre cualquier cosa y nos hacían formar parte de todas las conversaciones (las que entendíamos), con el transcurrir de unos dos días ya todos éramos una pequeña familia, nos mostraron fotos de sus familiares que los esperaban en casa, esposas, novias, hijos, nietos y hasta de un par de perritos, nos decían que todavía les faltaba mucho camino por andar luego de bajarse de la balsa y que sólo regresarían a sus casas en unos 20 o 30 días más, nos decían entre risas que era muy valiente de nuestra parte hacer un viaje así y que a ellos aunque les gustaría viajar prefieren la comodidad de sus hogares.

 

Al tercer día de viaje comenzamos a pasar por el estrecho del Amazonas, nuestros sentidos de fotógrafos se activaron y desde allí no guardamos más nuestras cámaras, nos rodeamos de árboles, de viviendas indígenas, de una tranquilidad y unos colores increíbles. Algo que nos sorprendió bastante de la mejor manera posible, fue qué los motoristas llevan bolsas con chucherías que floten y a medida que van cruzando el estrecho, van arrojando las chucherías a los niños indígenas los cuales reman lo más cerca posible de la balsa para alcanzarlos.

 

 

 

También hay mercaderes que reman hasta la balsa y suben a vender pescados y víveres a la parte de la cocina, otros venden camarones salados y los mejores palmitos del mundo por el lado de la balsa, es decir, justo donde estábamos nosotros.
Ese mismo día en la noche nos abordó una lancha de seguridad, subieron unos tres hombres armados a vigilar la balsa por las siguientes noches y nos explicaron qué por la parte del estrecho también hay piratas que se suben en las noches a las balsas mientras todos duermen para ver qué pueden robar. Esa noche del susto decidimos dormir con toda la kombi cerrada, ya que si se llegaban a montar nosotros seríamos los primeritos en ser robados por nuestra ubicación.

 

Cuando terminábamos de pasar el estrecho encallamos, la brisa era muy fuerte y se llevó la balsa hasta la orilla derecha del estrecho, con algo de miedo vimos la balsa clavarse en la selva, justo a unos metros de una vivienda indígena, de la cual salieron tres pequeñas con mucha cara de susto a ver que había ocurrido.

Todo salió bien y logramos desencallar sin ningún herido y ninguna casa dañada, los motoristas nos comentaron también que encallar era muy normal y que pasaba casi en todos los viajes puesto a que la balsa es muy pesada para maniobrar bien.
El quinto y último día de viaje lo pasamos todos juntos en la orilla, viendo el día pasar frente a nosotros, conversando y riendo, incluso uno de nuestros amigos se puso a pescar y como no pescó nada le echó la culpa a que la carnada no era buena.

A eso de las 4:50 nos faltaban unos 15 minutos para llegar a Belém cuando la balsa se detuvo de repente. Resulta que se había roto la correa del hidráulico y que no tenían repuesto (en medio de todo, agradecimos que eso no pasó en el estrecho con los piratas) básicamente estuvimos unas 4 horas más a la deriva del rio hasta que llegó una lancha con el repuesto y pudimos continuar el viaje. Finalmente, desembarcamos a eso de las 10:30 PM, muy cansados ya para manejar y siguiendo los consejos de nuestros amigos, pasamos la noche en el puerto y al día siguiente partimos temprano a ver que nos deparaba Belém.

Viaje en Balsa hasta Belém.

Así fue el inicio de nuestro viaje en balsa por el Amazonas, teníamos un poco de nervios y estrés por como iban a desarrollarse esos días hasta llegar a Belém, pero todo fue mucho mejor de lo que esperábamos. Hasta que comenzó el estrecho, ahí (aunque la experiencia fue muy bonita de día) de noche teníamos un poco de miedo puesto a qué hay piratas, sí, piratas amazónicos que se suben a las balsas para ver que pueden robar y nosotros que habíamos dormido siempre con las puertas abiertas, bastante frescos, decidimos cerrarlas por si acaso, finalmente, casi terminando el estrecho y cuando ya estábamos mucho más tranquilos ¡ENCALLAMOS! ahí comenzó de nuevo el estrés.

Día de embarcar en Manaus.

Estamos en Porto Trairi, esperando embarcarnos hacia Belém, luego de unas dos semanas en Manaus de mucho calor pero también de disfrutar, debemos decir que no alcanzamos a hacer todo lo que necesitábamos hacer, entre las cosas más importantes estaba ir a un mecánico para revisar a Bipolar por su constante falla y conseguir la bomba de gasolina de repuesto.
Ahora, son 5 días en balsa hasta llegar a Belém y allí seguir buscando soluciones para poder continuar nuestro viaje. ¿Sabían que nuestro documental trata de hacer el viaje con muy pocos recursos?
Si quieren saber como vamos consiguiendo las cosas que necesitamos estén muy pendientes en nuestro canal de Youtube.

Visitando Praia Ponta Negra.

Praia Ponta Negra.
Ayer fue un día de playa, no nos podíamos ir de Manaos sin haber conocido al menos una de sus playas así qué decidimos agarrar un bus para así, a su vez, conocer el transporte público. El lugar es muy bonito, tiene una pista para trotar, pasear mascotas o simplemente caminar, los baños son bastante limpios y también cuenta con varias canchas para jugar voleibol, un mercado artesanal y varios restaurantes pequeños.
Luego fuimos a conocer Ponta Negra shopping a cenar y volvimos al hotel @hotelsaopaulo a trabajar en el cortometraje que ya está casi listo.
Ahora toca la parte difícil, conseguir alguna balsa para Belém por intercambio.

Episodio 0 – La lista de pendientes. ¿Como saber cuando estas listo para viajar?

 

Luego de casi 10 meses acondicionando nuestra Kombi, estábamos muy cansados, sentíamos qué la lista de pendientes NUNCA acababa y que si seguíamos esperando que todo estuviese listo probablemente el viaje tampoco iba a comenzar nunca. Así que fue el momento de tomar decisiones, de decir «el momento es ahora, hay que hacerlo ya» ahí comenzaron nuestros días más difíciles, despedirnos de la rutina que habíamos adaptado hasta el momento, despedirnos de toda la gente buena que nos acompañó y nos ayudó en el transcurso de ese tiempo, despedirnos de Barquisimeto que fue el lugar donde ambos acondicionamos la kombi y que ambos, al final de la jornada, terminamos queriendo más que nuestra propia ciudad, Caracas. Y no sólo eso, todavía teníamos 6 perritos en donde estábamos acondicionando la kombi a los que queríamos si o si encontrarles hogar. Aunado a esto, terminar todos los detalles posibles que nos faltaran de Bipolar.

Al momento de salir todavía estaba mal de mecánica (todavía estamos por arreglarla) y faltaban bastantes cosas de adentro de la camioneta, que hemos ido solucionando en el camino.

La invitación con este vídeo es a tomar decisiones, a no postergar más las cosas y a confiar en que todo estará bien.
(Y para que sepan qué la lista de pendientes NUNCA acaba)