El viaje de mi viejito.
Hoy se cumplen dos sábados de que mi viejito fue ingresado a una clínica de emergencia. Para el día domingo ya sabía que debía venirme rápido desde Buenos Aires a Barquisimeto, Venezuela. Pero no era tan fácil, debíamos antes buscar un lugar donde pudieran quedarse Cristal, Lua y La Bipo. Gracias al apoyo de muchos, la solución no tardó y el miércoles en la madrugada pude tomar un vuelo a Maiquetía, para luego viajar unas 5 horas en automóvil y llegar a Barquisimeto a ver a mi padre. El estaba totalmente sedado, pero podía escucharme. Dicen que me estaba esperando, estaba muy mal. Al día siguiente lamentablemente falleció.
A mi viejito le encantaba viajar, imagino que heredé eso de él. Lo recuerdo escribiendo largas cartas a mi colegio para que me permitieran ausentarme por semanas y así viajar con el. Era una persona muy trabajadora, perseverante y gran amigo. Siempre conté con el, y me apoyó en todas mis locuras.
Hoy encontré estas fotos de él junto a la Bipo, recuerdo claramente cómo se le iluminaba el rostro cuando salíamos a algún lugar.
Aunque últimamente siento que no existe algo más allá de la muerte, les confieso que en algunos casos, cómo este, me gusta imaginar que si. Me gusta imaginar que el sigue de alguna manera, renovado y preparándose para su máxima aventura, para su gran viaje.