Nunca dejar de ser niños. Tolhuin, Argentina.
De Tolhuin nos habían hablado mucho por sus paisajes, ya que es el lugar donde comienza a cambiar la vegetación de pampa a bosque. También nos hablaron de una panadería muy famosa y del lago Fagniano.
Lo que no nos esperábamos era qué en este lugar consiguiéramos un camping y un parque de diversiones TODO hecho con reciclaje. Después de pasar la noche y descansar, nos fuimos a jugar al parque.
Hay plataformas para brincar, correr, toboganes, aviones, columpios y hasta una tirolina. TODO hecho por el dueño y su familia. Es increíble como botellas, madera, plástico, repuestos, acero, entre otras muchas cosas, creen un lugar tan mágico. Nosotros aparte de quedar encantados con el ingenio del lugar, nos divertimos corriendo por las plataformas muertos de risa como un par de niños traviesos. Fue como tener 6 años de nuevo.
Las preocupaciones desaparecieron, en ese momento sólo importaba correr lo más rápido posible y no caernos al suelo.
Pudimos jugar por todo el lugar, descubríamos ávidos cada cosa nueva y la probábamos sin decirnos nada.
Creo que lo qué más extraño de la niñez es poder entablar lazos sin tener que mediar palabras. Las miradas cómplices que aprobaban algún nuevo invento aunque después vinieran las piernas raspadas y las mamás molestas echándonos alcohol en las heridas 😨
Lua que es la única niña del grupo tuvo un poco de miedo al principio y después cuándo vió lo mucho que disfrutábamos venció sus miedos y comenzó a correr y jugar con nosotros, ladrando cuando no nos podía alcanzar. 😂
Antes de irnos dejamos nuestra respectiva tablita en el lugar común del camping, un pedacito de Venezuela quedó en la Patagonia con esta cita “Ante las adversidades cumplir sueños es un acto de resilencia”
Seguimos camino con un sentimiento muy bonito que nos dejó Tolhuin.
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