Puerto Almanza, Patagonia, Tierra del Fuego.
Comida gratis.
Seguimos en Puerto Almanza y como no amanecimos paralizados por los bivalvos de ayer, decidimos irnos a caminar la costanera para buscar mejillones.
Dado a lo alejado de este pueblo y a los pocos habitantes las piedras se mantienen full de mejillones, de los más grandes que hemos visto por toda la Patagonia. Nelson los cocina, a mi me gusta mucho comer cosas de mar pero odio prepararlos y quedarme con ese olor, por suerte Nelson es menos necio con eso y además tiene buena sazón.
Es nuestro segundo día acá, nos acompaña el sol de a ratos y otros ratos cae aguanieve ❄️ hace mucho frío pero a pesar de eso salimos a hacer pequeñas caminatas, mientras tratamos de que no se nos congele la nariz con bufandas. Ya lo hemos dicho antes, pero lo repetimos, somos caminadores por excelencia.
Siempre que llegamos a un lugar intentamos recorrerlo todo. Desde el primer día salimos a caminar y a hacer nuestras “vueltas de reconocimiento” que además de distraernos la vista y el pensamiento también sirven para cerciorarnos de que nos sentimos cómodos en el lugar y de que estamos donde está la vista más linda.
Uno de los privilegios de viajar así es poder elegir cuál será tu jardín por los siguientes días, también hay que comprometerse y cuidar cada sitio que visitamos.
Por todo el viaje no dejamos ni un papelito tirado por el camino, aunque a veces los vientos del sur nos arranque la papelera de la puerta y nos puedan ver corriendo detrás para limpiar el desastre.
Hay que inculcar más consciencia. 🌎
En fin, hoy fue la inauguración de un puerto y por lo tanto los pescadores todavía no salen a pescar la ansiada centolla. Fuimos a un pequeño restaurante que hay en el pueblo y cuesta 1.300PA para una sola persona, aunque me dijo el mesonero no muy convencido que se puede compartir. Seguiremos a la espera de comerla fresca y barata ¡deséennos suerte!
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