Rio Grande, Patagonia.
Otra de las cosas lindas que nos dió Camarones, aquel lugar mágico, fue amigos.
El día qué íbamos camino a la pingüinera se nos acercó Miguel, que también estaba viajando de Van y nos puso a la orden su casa en Rio Grande.
Nosotros pasamos el día resolviendo algunas cositas y en la noche nos encontramos con ellos.
Hablamos como si nos conociéramos de toda la vida. Hablamos de viajes, de la vida en pareja, de los animales que tenemos (acaban de adoptar a una gatita que Lua se quería comer🙄), de política, de alimentación y así, hasta las 2am o algo así.
Caro, que es vegana nos hizo una cena divina. Miguel no es vegano pero se está acostumbrando a comer más sano y eso a nosotros también nos hace mucha falta.
Es muy lindo para nosotros ver como la gente conecta con nuestro modo de vivir y con el viaje, siempre estaremos muy agradecidos con toda la gente que nos ha ayudado y/o acompañado durante este tiempo de rutas.
Ahora estamos a una parada más de llegar a Ushuaia, nuestra primera meta. 🌎
Tolhuin allá vamos.
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