Improvisar es lo máximo.
Teníamos ganas de conocer algún lugar distinto en Puerto Iguazú así qué estuvimos revisando por internet y encontramos una ruta que conducía a unos saltos, salimos planeando hacer el almuerzo cuando llegásemos al destino pero ocurrió un pequeño detalle, dejamos toda nuestra comida en la nevera del camping 😱 así qué tuvimos que ir a hacer unas compras rápidas, yo iba de traje de baño y no me dejaban entrar al mercado si no me “tapaba” así que le dije a Nelson “entra tú solo y elige algo rápido que ya es tarde” y Nelson que no trabaja muy bien haciendo mercado bajo presión volvió a la kombi con lo que parecía iba a hacer fotografías de un bodegón, un pan, queso, frutas, vino y salame.
Yo manejé hasta el salto que presumimos que es el ‘Salto del turista’ aunque no estamos seguros porque las señalizaciones eran inexistentes y llegamos a punta de pedir direcciones.
Una vez en el salto quedamos encantados por la naturaleza y la vibra del lugar, decidimos sentarnos a hacer nuestro pícnic y resulta que olvidamos el cuchillo para picar el salame. Nosotros juntos somos un pequeño desastre pero la pasamos increíblemente bien. El agua es helada y refrescante para este calor veraniego. Recomendamos altamente visitarlo.
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